Esas gotitas nácar que brotan de tus ojos cual perla de una ostra,
no fueron por las lesiones de un simple granito de arena.
Tú, mi niña hermosa, fuiste herida con el hierro de sus palabras.
jueves, 12 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
¡te encontré!
-¿Puedes recordarme?... Ha pasado mucho tiempo desde aquel instante.
-Dime cómo podría olvidarte si he repasado en sueños cada detalle de tu cuerpo.
Y la tomó en sus brazos.
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