sábado, 6 de octubre de 2012

bajo la sombra del árbol


¡Hola, mi amigo! Ya es medio día y puntualmente has llegado a tu cita.

No sé cuál es tu sentir, mucho menos cuales tus pensamientos. Pero ese árbol que te regala su sombra es fiel testigo del amor que a ella le tienes.
      Sin duda es una hermosa mujer... ¡Tranquilo, amigo! No te me ofendas. Pero es que ese vestido azul entalla sus hombros y vaya que resalta su rostro. Sus ojos, como dos piedras preciosas. Sus labios, cual flor del cerezo... ¡¡Vaya, mi amigo!! Ahora entiendo por qué tan enamorado.

      La gente pasa y te lanza una mira de extrañez. Otros, hacen comentarios y te lanzan burlas. Pero tú no te inmutas.
      Triste ha de haber sido tu pasado, tu mirada lo insinúa y esa botella de vino lo afirma.
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Ya pasan de las seis, es hora de partir. Y como siempre, antes de agarrar camino, sacas tu pañuelo blanco y empiezas a limpiar el cuadro que fielmente refleja la imagen de quién alguna vez fue tu mujer.


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