En los últimos años he tenido que aprender a disfrutar de cada momento como si fuera el último.
El último día que estuvimos los cuatro juntos. El último paseo a la presa. La última palmada en mi hombro. El último beso recibido. La última noche que vimos juntos las estrellas en completo silencio. El último abrazo que me hizo estremecer. La última vez que vi su sonrisa. La última mirada chispeante que sus ojos me regalaron. El último viaje de regreso a casa. La última película que miré sentada a su lado. La última canción que le escuché cantar. Incluso, estoy consciente que esta pudiera ser la última vez que escriba desde mi recamara de paredes lilas y piso blanco. Sólo ruego al cielo, que el porvenir sea mucho mejor.
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