Cuando la felicidad me rodea,
la paz me llena, la vitalidad fluye y la vida me muestra su mejor cara, pienso
que sería grato compartirlo con alguien más. Es en los momentos de gran
dolor, incertidumbre y desesperanza donde en verdad me cuestiono si podré
enfrentar toda una vida sola.
Sin embargo, al considerar la
opción de compartir mi tiempo y espacio con alguien más, entra la duda si algún
día encontraré a esa persona que cuide de mi corazón y valore mi entrega...
Mientras las respuestas
llegan, no tengo más opción que continuar, heridas habrá, lágrimas se
derramarán pero llegaré hasta el final, eso lo aseguro.